miércoles, 27 de octubre de 2010



Entrevista al Dr. Jorge Carvajal

Médico Cirujano de la UNIVERSIDAD DE ANDALUCÍA - ESPAÑA
Pionero de la Medicina Bioenergética

¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende.
En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando nos enfermamos.

¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.
El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.
Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿ Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.
La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo otro.
El estrés es otro de los males de nuestra época. El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?
La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior.
Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.
Vivir el Presente

¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.

¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.
El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama.
Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.

¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate.. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.





LAS RUINAS CICLÓPEAS DE AMÉRICA DEL SUR
SCOTT CORRALES

Sorprendentes hallazgos
arqueológicos sugieren la
existencia de civilizaciones
desconocidas

SCOTT CORRALES
EUA

www.geocities.com/INEXPLICATA2000/

Conocido como un lugar de gran peligro y belleza, América del Sur contiene un sinnúmero de misterios que van desde Ovnis y criaturas extrañas hasta investigadores que desaparecen sin dejar rastro, víctimas de accidentes (como el coronel Fawcett) o de la crueldad del hombre hacia sus semejantes (como sucedió con John Reed).

Pero de todos estos misterios, el que posee el mayor atractivo hasta el día de hoy envuelve la existencia tangible de ruinas que apuntan hacia una o más "civilizaciones perdidas" al estilo de las del escritor inglés H. Rider Haggard - grandes urbes de piedra desmoronándose entre las lianas.

A diferencia de otros enigmas, dichas ruinas no pueden descartarse como fabricaciones de las revistas de pulpa, ya que han sido documentadas a primera mano por una variedad de peritos. Uno de los testimonios más inverosímiles proviene del diario del ex-presidente norteamericano Teodoro Roosevelt, cuyo recuento de una expedición hasta el corazón del Brasil apareció en el libro Through the Brazilian Wilderness (A Través de la Selva Brasileña) en 1914. Mientras que su lancha surcaba las aguas de un poderoso río en el Mato Grosso, el ex-presidente dirigió su atención hacia algo sumamente inusual:

“Cerca de los rápidos del río, en las cataratas, Cherrie descubrió unas talladuras muy extrañas sobre una masa de piedra desnuda. Evidentemente, habían sido hechas por la mano del hombre hace mucho tiempo. Hasta donde se sabe, los indios de la región no tallan símbolos parecidos hoy en día...Sobre la parte plana de la piedra, consistían de cuatro círculos múltiples con un punto en el medio, diestramente grabados y con un diámetro de pie y medio. Debajo de ellos, al costado de la piedra, había cuatro letras "M" o "W" invertidas. Por supuesto, no teníamos la más mínima idea de lo que representaban estos símbolos, ni de quién pudo haberlos grabado. Bien puede ser que en el pasado muy remoto algunas tribus indias de cultura sumamente avanzada habían penetrado hasta el precioso río, igual que lo habíamos hecho nosotros...El coronel Rondon declaró que no pueden hallarse figuras semejantes en ninguna otra parte del Mato Grosso, y que por consiguiente, resultaba más extraño aún encontrarlas en este lugar, en un río desconocido, que jamás había sido explorado por el hombre blanco".

Es posible que el héroe de la Colina de San Juan estaría decepcionado si supiese que 80 años más tarde, las enigmáticas runas, al igual muchos otros rasgos del Brasil, permanecen sumidos en el misterio. La cultura Marajoara, que se desarrolló en la isla de Marajó en la boca del Amazonas, y las ruinas ciclópeas situadas en el corazón del estado de Bahía, aún desafían las explicaciones de los sabios.

Los pantanos inexplorados de la Isla de Marajó tal vez resulten un repositorio de secretos que nos permita desentrañar el misterio de las culturas perdidas. A juzgar por la evidencia que sobrevive hasta nuestros días, los Marajoaras eran alfareros supremos, dedicados a la creación de cerámicas extrañas y altamente ornamentadas que todavía son confeccionadas hoy en día por un reducido número de artesanos. Se han hecho comparaciones con la alfarería de la región andina, sugiriendo una posible relación entre ellas. Enormes cámaras subterráneas, conectadas por túneles, constituyen evidencia adicional de la destreza de los desaparecidos Marajoaras.

En consonancia con la tradición de las mujeres guerreras que legaron su nombre al río más caudaloso del planeta, la alfarería Marajoara era obra de mujeres, quienes guardaban celosamente el secreto de formar y cocer el barro. Los motivos que aparecen en la cerámica representan mujeres embarazadas, ciclos lunares y otros emblemas representativos de una tradición netamente femenina.

La heroica labor de Marcel Homet, realizada en los años de posguerra, ayudó a descifrar muchos de los secretos del noreste del Brasil. Homet descubrió inscripciones talladas, petroglifos y tradiciones nativas que sugerían la existencia de una civilización o civilizaciones organizadas en algún momento del pasado en la cuenca del Amazonas. La más importante de estas tradiciones orales es la de la tribu Makuschi, situada en las laderas de las montañas Pakaraima. Dicha tradición hace referencia a "una ciudad perdida con paredes y tejados de oro (¿arenisca?), dedicada a la alabanza del Sol". Homet vinculó esta tradición con la ciudad perdida de Manoa, y aún con la Atlántida. Sus charlas con los jefes de los Makú revelaron la existencia de otra ciudad ciclópea en el seno de las inexploradas montañas Pakaraima (2). Los jefes le informaron, alegadamente, de que tal lugar existía en las aguas altas del río Uraricoera. Un enorme pedrusco cubierto de petroglifos marca el rumbo hacia las calles y fundamentos de la ciudad derruida. Si el explorador se encamina en dicha dirección por espacio de dos días, llegará eventualmente a un gran arco en la pared de las montañas, que le conducirá a una ciudad subterránea de piedra de dimensiones aún mayores.

Diez años antes de Homet, el autor latinoamericano Alejo Carpentier se había inspirado en la posibilidad de ciudades megalíticas relegadas al olvido, como podemos ver en la siguiente descripción de una metrópolis megalítica en su obra Los Pasos Perdidos: "Lo que pude ver fue una ciudad titánica - de estructuras con espacios múltiples - con escalinatas ciclópeas, mausoleos en las nubes, inmensas explanadas defendidas por extrañas fortalezas de obsidiana sin torres ni ventanas, defendiendo la entrada a un reino prohibido al hombre". (3)


A comienzos del siglo diecisiete, el explorador portugués Feliciano Coelho se internó en la región que circunda lo que es hoy la ciudad de Joao Pessoa, donde descubrió un objeto impresionante y completamente inesperado: un monolito de piedra grisácea, grabada en bajorrelieve, conocida como la Piedra de Ingá. Sus símbolos tallados no concuerdan con ningún sistema de escritura conocido en las Américas.

Tratando de indagar el origen de la piedra mediante preguntas a sus guías, Coelho quedó sorprendido de que los nativos no supiesen nada al respecto. El monolito tiene unos setenta pies de largo y diez pies de alto. También existe una montaña en Havea que tiene el semblante de un hombre barbado que lleva un casco cónico. Los expertos opinan que la erosión del aire desgastó la montaña y que la mano del hombre añadió los toques finales. Extrañas inscripciones parecidas a las encontradas en las Islas Canarias pueden verse en la misma montaña, y no se ha aventurado ninguna explicación para ellas.

Pero, ¿cuál era su propósito? Es cierto que los mares del mundo ya estaban siendo surcados por marineros del Neolítico cuyos viajes bien pudieron haber sido la inspiración de los viajes fenicios y cretenses. No dejaron rasgos de su existencia aparte de las murallas "ciclópeas", túmulos, fortalezas y conmemorativos que pueden encontrarse en las costas de los continentes a orillas del Mediterráneo, al igual que en la costa atlántica de Europa, las islas Canarias y Malta, y posiblemente tan lejos como Zimbabwe. Dos estudiosos alemanes, Hermann y Georg Schreiber, apuntaron la existencia de una esfera cultural "heliolítica" (prestando el término acuñado por H.G. Wells) debido a que la religión solar, representada por símbolos discoidales, es un motivo común en todos estos lugares.

La Amazonia no tiene el monopolio sobre las ruinas enigmáticas. Las sabanas despobladas y las cordilleras del estado de Goias, al suroeste de Brasilia, cuentan con secretos propios: los restos de fortificaciones, esculturas colosales y paredes cuyos arquitectos permanecen en el olvido. Las estatuas ciclópeas, que se asemejan a las de Marcahuasi en Perú, representan rostros humanos y animales nativos a la región de Goias. Se considera que las estatuas forman parte de Cidade de Pedra, formada por bloques rectangulares de piedra labrada que en un entonces fueron los fundamentos de edificios. El trazado de las calles y los edificios sugiere "un Mohenjo-Daro sudamericano", en la opinión de un arqueólogo. Una pared compuesta de bloques de granito, unos trece pies de alto y cuatro de ancho, recorre toda la extensión de un valle en el fondo de la Sierra de Gales, cerca de la ciudad de Jandaia. Al noroeste de Goias se encuentra la Sierra del Roncador, cuya fama se extiende al mundo del esoterismo. Dicha cordillera, que recibe su nombre debido a los ruidos que se escuchan a lo largo de la misma, alegadamente alberga una ciudad subterránea cuyos habitantes son descendidos de los sobrevivientes de la Atlántida. El hecho es que la Sierra del Roncador contiene una enorme red de túneles, algunas de ellas lo suficientemente grandes como para alojar a miles de personas. La existencia de tales maravillas geológicas pudo haber dado origen a la creencia en una "Atlántida" Brasileña, que constituyó una parte importante de las doctrinas teosóficas sudamericanas desde comienzos del siglo veinte. (4)

Como regla general, las civilizaciones no existen en un vacío. Los estados vecinos juegan un papel crítico en sus vidas económicas y políticas. Podemos suponer que la muralla que recorre los pies de la Sierra de Gales representaba tal vez un muro defensivo o línea de demarcación entre imperios antiguos, muchas veces más allá de la esfera de influencia efectiva de dichos estados. Por ejemplo, en el desierto del Sahara, los romanos construyeron el poderoso Castellum Dimmidi mucho más allá del limes, o frontera, de sus posesiones africanas, junto con otros emplazamientos defensivos que aún pueden encontrarse en Algeria y en el Túnez. Fortificaciones parecidas pueden encontrarse en el desierto Sirio, distantes de cualquier habitación humana actual. ¿Sería posible especular, entonces, que estas ciudades brasileñas protohistóricas pudieron haber pertenecido a un gran imperio controlado desde la fría y lejana Tiahuanaco?

Las paredes y ruinas en el sur del Brasil no son únicas: en su libro Not of this World, el autor italiano Peter Kolosimo atrajo la atención de sus lectores a "la gran muralla del Perú", descubierta por la expedición Johnson de 1930 - un terraplén muy parecido a la muralla de Adriano en Inglaterra. Esta muralla recorre uno de los paisajes más agrestes de América del Sur. Junto con algunos complejos de palacios y templos, las ruinas han recibido el nombre de "cultura Chimú", "cultura Chavín" y otros nombres que alivian las jaquecas de los arqueólogos. El enorme estadio o anfiteatro natural conocido como El Enladrillado - situado a alturas muy por encima de los cinco mil pies, cerca de Alto de Vilches en el norte de Chile - pertenece también al conjunto de ruinas ciclópeas. Las dimensiones de esta estructura indican que fue construida para seres gigantescos: para su construcción se utilizaron bloques cúbicos de 16 pies de alto y 26 de largo. La manera en que se transportaron dichas moles a semejante altura, cruzando los insondables valles andinos, jamás ha sido abordada por la arqueología. Y como si el estadio no fuese suficiente, El Enladrillado también cuenta con una pista de media milla de largo por 200 pies de ancho, formada por 233 enormes bloques de piedra con un peso estimado de 22.000 libras. (5)

Marcel Homet expresó la creencia de que los ancestros de los habitantes actuales de la Sudamérica ecuatorial y meridional emigraron a dichas regiones debido a la destrucción de una civilización al norte - tal vez debido a la decadencia y caída de los constructores de Ciudade de Pedra y otras ruinas. Homet se aventuró a decir que dicho pueblo era de raza caucasiana en vez de mongoloide, declaración fundamentada por la existencia de los pobladores de las tierras que circundan al lago Titicaca y los famosos "indios blancos" de Lagoa Santa en Minas Gerais.

Entre los hallazgos criptoarqueológicos más importantes en América del Sur figuran las extrañas pirámides fotografiadas por un satélite Landsat en 1975. La foto mostraba la existencia de ocho estructuras, aparentemente artificiales, localizadas a lo largo de la falda de una cordillera en la provincia peruana de Madre de Dios. La inspección de cerca con un helicóptero comprobó que existían doce en vez de ocho estructuras parecidas. El rigor del entorno - nativos hostiles y animales peligrosos - ha impedido una inspección física del lugar. (6) Si llegase a confirmarse que dichas estructuras son pirámides, resultaría casi imposible describirlas como "ruinas incaicas", como se ha hecho con tantos otros hallazgos en la zona.

Los altiplanos del Mato Grosso también han proporcionado restos humanos que disputan la antigüedad de la vida humana en nuestro continente. Una tribu de cavernícolas, con conocimiento del arco y la flecha, el cultivo y la crianza de animales, existió en Brasil hace un millón de años - un bofetón a la cara de las cronologías convencionales, que indican que los humanos llegaron al continente hace 25.000 años (la cifra ha sido cambiada recientemente a 49.000 años). El científico Maurice Chatelain sugiere una cronología aún más inortodoxa e interesante: la ubicación del ecuador terráqueo hace 90.000 años atravesaba vario lugares que albergan los restos de civilizaciones perdidas - Tiahuanaco, la Isla de Marajó, los macizos de Hoggar y Tassili en el Sahara, el valle del Indo - que se establecieron en dichas zonas para escapar las eras glaciales que afectaron al hemisferio norte en dichas épocas. El clima agradable habría resultado idóneo para el cultivo, y el nivel reducido del mar habría facilitado también la navegación y el comercio entre las culturas existentes. Cabe pensar que según cambiaron las condiciones climatológicas, los focos de las respectivas civilizaciones se trasladaron a otro sitio, o desaparecieron por completo.

Las ruinas ciclópeas de América del Sur constituyen un reto al hombre moderno, al igual que muchas otras estructuras desconocidas en todo el mundo. Dejémosle la última palabra a Teddy Roosevelt: "Las vicisitudes de la historia de la humanidad durante su estadía en el continente del sur han sido tan extrañas, variables e inexplicadas...como la historia de las formas más elevadas de la vida animal durante la era de los mamíferos."

Referencias

1. Roosevelt, Theodore. Through the Brazilian Wilderness. Nueva York: Charles Scribner and Sons, 1914. p.292
2. Homet, Marcel. Sons of the Sun. Londres, 1963.
3. Carpentier, Alejo. Los Pasos Perdidos. Barcelona: Editorial Bruguera, 1979. p. 174
4. Kafton-Minkel, Walter. Subterranean Worlds. Port Townshend: Loompanics, 1989.
5. Freixedo, Salvador. Visionarios, místicos y contactos extraterrestres. Lilburn: Illuminet Press, 1992
6. Berlitz, Charles. Atlantis: The Eighth Continent. Nueva York: Fawcett Crest, 1984

EL AUTOR ha publicado tres libros y numerosos artículos, en varios idiomas, en las más importantes revistas especializadas en ufología y antiguos misterios. Es fundador del Institute of Hispanic Ufology y editor responsable de Inexplicata.us.

© Scott Corrales – Todos los derechos reservados.

Reproducido con permiso expreso del autor
http://www.antiguosastronautas.com/




EL CASO DEL PLANETA OCULTO

ZECHARIA SITCHIN

Nueva evidencia científica sugiere la presencia de un planeta no identificado, oculto en los límites exteriores de nuestro Sistema Solar.

ZECHARIA SITCHIN
EUA
www.sitchin.com

“Más allá a lo lejos de los nueve planetas conocidos del Sistema Solar, un cuerpo tan masivo como Marte podría otrora haber sido parte de nuestro sistema planetario – y pudiera ser que esté allí todavía;”

¿El párrafo inicial en un texto de ciencia-ficción?
¿El párrafo inicial de un artículo de Zecharia Sitchin sobre Nibiru?

No. Este es el párrafo inicial de un informe en Science News del 7 de abril de 2001 titulado “Un Cometa de Orbita Irregular Insinúa un Planeta Oculto”.

El artículo informa las conclusiones de un equipo internacional de astrónomos quienes han estudiado un inusual cometa descubierto el año pasado (N. del T.: año 2000), designado 2000 CR/105. Sigue una amplísima órbita elíptica alrededor de nuestro sol – una órbita que lo lleva camino de salida a unos 4,5 billones de kilómetros del Sol, y lo trae de vuelta cerca del Sol a la proximidad de Neptuno; esto es una órbita cuyo periodo “toma aproximadamente 3.300 años” (según Sky & Telescope News del 5 de abril de 2001).

“Una órbita tan alargada es usualmente indicio de que un objeto ha caído bajo la influencia gravitacional de un cuerpo masivo”, escribió R. Cowen en Science News. ¿Fue ésta la fuerza gravitacional de Neptuno? En un estudio publicado en la revista Icarus, el equipo de astrónomos (encabezado por Brett Gladman del Observatorio de la Costa Azul en Niza, Francia), después de analizar todas las posibilidades, no piensa eso. Una solución alternativa, dijeron ellos, es que “la órbita del cometa podría ser obra de un planeta no visto hasta ahora” – tan masivo como Marte – “que estaría a unas 200 UA del Sol”, en el llamado Cinturón Kuiper de escombros cometarios y planetarios. Esto podría explicar también “por qué muchos miembros del Cinturón tienen órbitas que se dirigen lejos del plano en el cual los nueve planetas conocidos orbitan alrededor del Sol”.

“Indudablemente, algo masivo golpea de lo lindo el Cinturón”, le dijo a la revista Harold F. Levison del Southwest Research Institute en Boulder, Colorado, USA. “La pregunta es si todavía está ahí ahora”.

“El Curso del Cometa Insinúa un Misterioso Planeta”, fue como la revista Science tituló la noticia del descubrimiento en su número del 6 de abril de 2001. El informe especial, escrito por el astrónomo holandés Govert Schilling, resumió el hallazgo en el siguiente encabezado: “Un supercometa que sigue una inesperada trayectoria muy lejana alrededor del Sol sugiere que un planeta no identificado estuvo oculto una vez en los límites exteriores del Sistema Solar, divulgó un equipo internacional de astrónomos. Más que eso, el misterioso objeto podría estar todavía allí.”

Ahora, como los sumerios dijeron...

Los lectores de mis libros bien podrían unirseme diciendo: ¡Qué novedad!

Desde la publicación de mi primer libro (El 12 vo. Planeta) en 1976 he afirmado que los sumerios y otros textos y descripciones del Cercano Oriente demuestran estar familiarizados con un completo Sistema Solar que incluía, junto al Sol y la Luna, diez (no nueve) planetas – teniendo el décimo planeta (o doceavo miembro del Sistema Solar) una amplísima órbita elíptica que dura 3.600 años. Su nombre sumerio era Nibiru.

Yo he indicado que los textos sumerios/acadios tales como Enuma Elish (también llamado la Épica Babilónica de la Creación) no fueron relatos mitológicos, sino registros de un complejo conocimiento avanzado. La comunidad científica y los eruditos (ver el artículo previo, El Caso de la Tetera Mal Ubicada, como ejemplo) se oponen a una conclusión tan inevitable porque ésta requiere la aceptación de la antigua afirmación de que Tierra ha sido visitada por extraterrestres, los ANUNNAKI (“Aquellos Quienes del Cielo a la Tierra Vinieron”) de las tradiciones sumerias.

De acuerdo con los antiguos textos interpretados por mí, Nibiru fue un planeta expulsado desde algún otro sistema planetario en el espacio exterior que fue capturado por nuestro Sistema Solar cuando pasaba cerca de Neptuno. Llegó a estar implicado en una colisión con un planeta preexistente allí donde están ahora los restos del Cinturón de Asteroides. Como resultado de esa colisión, hace unos 4 mil millones de años, la Tierra y la Luna vinieron a estar donde ahora están.

¿Y, qué sabe usted? En un artículo titulado ¡Neptuno Ataca!, en el número del 7 de abril de 2001 de la revista New Scientist, Ivan Semeniak escribió así: “Hay nueva evidencia de que un súbito bombardeo de mortíferos escombros se estrelló contra la Tierra y la Luna 3,9 miles de millones de años atrás... ¿Qué provocó esta arremetida? Algo en la estructura del Sistema Solar puede que haya cambiado.”

El “algo”, estoy más seguro que nunca, fue Nibiru.

EL AUTOR es periodista, escritor y lingüista experto en hebreo antiguo y otras lenguas semíticas y europeas. Pionero en la investigación de la hipótesis de las paleovisitas extraterrestres y profundo conocedor del Antiguo Testamento y de la historia y arqueología del Cercano Oriente, es el autor de la mundialmente exitosa serie Crónicas de la Tierra, que inició con el best seller El 12vo.Planeta. Su último libro en español es El Libro Perdido de Enki.

© Z. Sitchin 2001 – Reproduced by permission.
Traducido y reproducido con permiso expreso del autor.
http://www.antiguosastronautas.com/

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